miércoles, 24 de septiembre de 2008

todo con un porque

Desde hace ya bastantes años, que cada domingo, es algo sagrado el acostarme a eso de las 12 de la noche, encender la (no muy apreciada por mí) tiví y sintonizar la red, que a esa hora dan la que considero mi serie favorita sex and the city. El cuento es que el domingo recién pasado hablaron de lo más cliché que pueda existir como lo es el "todo pasa por algo", tema que está constantemente presente en mi mente y constantemente escupido de mi boca además. Recordando y haciendo un pequeño flash back, debo aceptar que desde que lo conocí que comencé a darle importancia a esa frase, solía repetirmela a cada momento que algo malo me(nos) sucedía, hasta que logró inculcármela y la hice tan parte de mí, que ya ahora es una forma de vida (esa puta manía de siempre tener la razón).
Hay momentos en que creo que tal forma de pensar no vale la pena, pues no es más que una técnica que aprendí de él para no caer de manera tan seguida en mis estados depresivos comunes en los que caigo cuando me percato de la puta mala suerte que acarreo, y para no decaer cuando todo indica que no hay nada más.
PERO...a pesar de...también hay momentos en que las situaciones dan la razón a mí...digo nuestra teoría, ya que, hoy puedo afirmar orgullosamente que no hay ninguna caída de la vida (tú incluído), de la cual no haya salido, herida (claramente), pero aún más, fuerte y firme que nunca.
Reconozco que una que otra herida ha sido más difícil de cicatrizar, y bastante ha sido el tiempo en el que he visto todo en tonos grises, sin lograr detectar y tomar con pinzas lo bueno de ello. Pero, siempre, siempre y sin excepción, pasando el tiempo necesario, al final de toda tormenta, se ve un pequeño rayo de luz, que luego se transforma en todo un gran sol
primaveral.
Así que después de todo, Charlotte no es tan tonta como creía, y tenía razón (aún siendo un personaje ficticio todos lo sabemos), sea como sea, todo pasa por algo, a veces extraña, pero siempre una buena razón.

No hay comentarios: