lunes, 15 de septiembre de 2008

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Cuando era niña pequeña, un poco más que ahora, solían encantarme los días nublados, con harto frío y si se acompañaba de lluvia tanto mejor.
Ahora que creo estar un poco más grande, ese gusto evolucionó y no hay días que me gusten más que los soleados casi sofocantes, mi ánimo crece de maneras descomunales cuando amanece con el sol pegando fuerte en mi ventana y mi cara, y creo que a los que me acompañan en la casa les pasa exactamente lo mismo, sobre todo a mi papá, que en días como hoy nos amamos, queremos, regaloneamos y por sobre todo no peleamos!.
Así que agradezco a ala por los días claritos y ensolados que me regala :).


y yo regalo el tema que alguien me regaló por aquí por allá.



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