Icaro, apología al vuelo

Cuando me pregunto (recurrentemente) qué vino primero ? si la pérdida constante de mi propia yo o el alejamiento total al mundo exterior que representa todo lo que no tenga que ver conmigo, sea sanguineamente o no? entro en un mar de contradicciones del cual me cuesta tiempo y dedicación intentar salir siquiera.
Tal vez me alejo porque me pierdo, y me hundo, al lugar donde pocos y nadie puede llegar, (o quieren, lo que falta hoy es ganas) por lo que me vuelvo en mí sintiéndome sola, en un mundo donde no quiero estar ni pertenezco, y es ahí cuando nadie logra sacarme de esa posición, y prefieren partir, lejos o cerca, poco importa, lo importante es que emigran, tan rápido como se instalaron y dejan su lugar vacío, haciendo de cuentas que nunca me conocieron, y pretendiendo de antemano que yo debo hacer lo mismo.
O tal vez, es en ese mismo momento en que las personas se marchan de mi lado, que toda mi integridad se desarma y las partes de mí se escapan cada una a distintos lugares, por lo que me vuelvo incapaz de entablar lazos nuevamente.
El problema es mi dependencia, el problema es su frialdad, el problema soy yo, son ellos, somos todos, todo es causa y efecto, todo es todo, todo es nada y yo sigo sin respuesta.
Después de todo no es la única pregunta en el mundo sin respuesta, algunas ya son clásicas ; el huevo o la gallina ? Dios o el hombre? y así . . . lo importante es no preguntarse nada, no te preguntes nada niña ! que está prohibido casi penalizado, prohibido, porque sin preguntas se vive más feliz, vive?