domingo, 21 de diciembre de 2008

all i need is time.

Cuando me llegan estos despabiles repentinos, y me doy cuenta de que ya no soy "la" pequeña, y que ahora me las valgo por mi misma en el "mundo" que está allá afuera ( incluso a veces, en el que está acá adentro ) es cuando más echo de menos a la gente, situaciones, momentos y lugares del pasado.
Es ahora cuando enciendo mi radio y empiezo a escuchar mis cassette de la britney spears, las supernovas, los backstreet boys, las spice girls qué sé yo, cierro los ojos y me encuentro en mi antigua pieza, tirada en mi cama, jugando con mis barbies, o escribiendo en mis eternos diarios, o en la pieza de mi hermana jugando los juegos mame en el computador que el rafa me había regalado, o en la pieza de mi hermano, de mi hermano que es lejos uno de los más importantes para mí, jugando al shuper shuper, o riéndonos de las personas de la tele, de los gestos homosexuales de camilo sexto, o de los movimientos de ese cantante que nunca supimos el nombre, o un poco más grande en la pieza de la panchy, hablando de cualquier cosa, comiendo como cerda, llorando, peleando, pensando, imaginando, riendo, o también en la casa de mi nina, corriendo por toda la casa, haciendo pizza, cocadas, riéndonos de lo más estúpido, sentadas en el patio delantero con la romi y burlándonos de cada persona que pasara ; de los pilares, de la bruja de al lado, de la caro, de la evelyn, de la tamara, de todos, yo de ella y ella de mí, o cuando jugábamos a ser otras personas con otras vidas, y la romi siempre quería jugar a ser pobre y yo a ser rica, o en la casa del tio jorge, todos los primos chicos, bañándonos en la piscina hasta las tantas de la tarde, hasta que llegaban todas las mamis y nos daban el típico helado de chocolate y piña que nos tenía el tio, o cuando la daniela se ponia a pelear conmigo, y yo le pegaba y ella me lo devolvía más fuerte, y así seguíamos hasta que yo gritaba y llegaba mi mamá o rara vez mi papá ( o la romi, que nunca me ha dejado de defender ), a salvarme y regalonearme abajo con las viejas...
Y ahora, apago la radio y enciendo el computador, y es todo tan distinto, es tan distinta la música que ahora amo, lo que ahora pienso, la gente que ahora conozco, es tan distinta la gente que solía conocer y ya no las conozco más, es tanta la gente que ya no está conmigo y que tanto necesito, estoy tan distinta yo, tan irreconocible, poco queda de mi humor, de mi imaginación, de mi niñeria tontamente tonta, de mi energía, del todo que pude haber sido, y estoy tan cansada de esto, del presente, tan cansada de mi compañera, de ripley, de acá de allá, de un poco más por aquí, de él, de ellos, de ellas, de ello, de ella, de llorar cada 10 min, de no poder controlar eso mismo, de no acostarme en las piernas de mi mamá y saber que todo va a pasar, porque nada va a pasar, de tener que mamarme sola mis cosas, de tener miedo, de la frustración, de ser grande, de ser mujer, de la espera, de la misma espera en vano, de jamás obtener lo que realmente quiero, de mi mala suerte, de levantarme, de acostarme, de que me conozcan, de que no me reconozcan, de que me dejen sola, de que me acompañen, de que me hablen, de que me miren y se callen, de que se aleje, de alejarme.
Y es todo necesario, es todo obligatorio, porque supongo que como dijo la nunca boba britneycita ¡'m not a girl, no yet a woman.

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